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Un Tsunami que inunda las finales
Un Tsunami que inunda las finales
10/07/2023
José Ángel Rodríguez | Prensa LMBP
Carlos Rivero está en su hábitat natural, no sólo porque tiene al mar en el horizonte, sino porque se encuentra en una nueva final en Venezuela. El histórico antesalista de la pelota rentada local conectó el primer grand slam en los registros de las series finales de la Liga Mayor de Béisbol Profesional y empujó seis carreras en la victoria de Delfines de La Guaira 11-3 ante Marineros de Carabobo, en el primer juego de la Gran Final 2023.
“El Tsunami” arrasó con todo a su paso en el Estadio Jorge Luis García Carneiro de Macuto. No importó que Robert Pérez, mánager rival, le señalara antes del inicio del compromiso como un punto de alerta hacia sus lanzadores. Rivero sacudió el estacazo con las bases llenas frente a José Mesa Jr. en la segunda entrada y dio ventaja de cinco carreras a los litoralenses para ese momento del desafío.
Para el larense de 35 años de edad, su actuación le representó reencontrarse con sensaciones que conoce muy bien en los terrenos del país. Desde su estreno en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (en el ruedo 2011-2012), ningún toletero ha conectado más vuelacercas que él (siete) durante los enfrentamientos por el gallardete en el circuito de invierno, de acuerdo con el motor de búsqueda de PelotaBinaria.
“Toda final tiene su presión, pero sólo intento hacer mi trabajo. Cuando tomé el turno con las bases llenas, noté (que Mesa Jr.) venía de un duelo (contra Cheslor Cuthbert) con muchos pitcheos rompientes que no le estaban cayendo en la zona”, relató Rivero a LMBP.net tras el final del careo. “Me enfoqué en buscar la recta y pude conectarla para aumentar la ventaja”.
El paleador derecho terminó con jornada perfecta de 4-4 e igualó la mayor cantidad de imparables para un compromiso por el título en la LMBP con Alberto González y Alberth Martínez, ambos con Senadores de Caracas el 23 y 27 de septiembre de 2021, respectivamente. Además, quedó a sólo una impulsada del récord de la instancia de Martínez, en aquel sexto y último encuentro del emparejamiento hace dos zafras contra Marineros, precisamente.
“Estoy contento con los resultados que he venido obteniendo con los ajustes en el día a día. Sé que empujar seis carreras no es fácil”, admitió Rivero, quien durante la semifinal tan sólo pudo ligar dos hits en 13 turnos (promedio de .154). “Es parte del béisbol, hay momentos buenos y malos. Por fortuna pudimos ganar la serie anterior sin mi ayuda, pero los muchachos pudieron responder”.
El oriundo de Barquisimeto lideró a los cetáceos con 11 obuses y 27 fletadas en la ronda eliminatoria, topes en ambos departamentos en los registros de la franquicia. Además, encabezó entre sus cofrades el apartado de bases alcanzadas, con 80, un desempeño que respondió a los pergaminos que le acompañan.
Rivero es el líder activo en cuadrangulares de la LVBP, con 85, en el siguiente certamen buscará acercarse o incluso, convertirse en el quinto jugador del invierno con un centenar de pelotas a la calle. Además, es tercero entre los que se mantienen en actividad en remolcadas, con 340, sólo detrás de Frank Díaz (405) y Alex Romero (381), con el factor diferenciador de que el crepuscular acumula 12 cursos en el circuito, mientras que Díaz y Romero tienen 20 y 22, de manera respectiva.
Tras disputar cinco finales y ganar dos en el circuito invernal, todas con Cardenales de Lara, el recio bateador sabe que, para llevarse el anillo en su primera travesía en la LMBP, en principio, debe rendir respeto al rival hasta el último aliento y confiar en sus compañeros.
“Hay que darles crédito a todos los lanzadores de Marineros, porque por algo están acá, pero nosotros también tenemos mucha profundidad en nuestra alineación”, indicó Rivero. “Si no soy yo el que responde, será otro. Se ha dado la situación de que Cheslor (Cuthbert) o yo tomemos una base por bolas y viene (Daniel) Mayora y nos trae. Esa es la clave, porque se trata de un trabajo en equipo”.