Noticias
Un Coronel en el bullpen
Isaac Silguero Matheus | 21 de junio de 2022
Fotos: Roberto Santos
Quien tiene el rango de coronel en las fuerzas militares de una nación posee una gran responsabilidad y obviamente voz de mando dentro de un grupo. Su trabajo previo y lo que aún puede aportar es determinante en un conjunto. Miguel Coronel se ha encargado de cumplir la mayoría de las veces en las que su superior lo ha necesitado.
Sus labores lo hacen ver como un veterano, pero la realidad es que para el escopetero derecho es su debut como profesional. A sus 29 años está viendo como se está haciendo realidad su sueño y el de toda su familia.
“Lo primero siempre es darle las gracias a Dios por permitirme estar aquí. En mi pasado no tomé las decisiones que debía y por eso salí de pelota, por eso debo agradecerle a Él y otras personas que me han ayudado a estar aquí”, precisó Coronel.
Como a muchos otros, la Liga Mayor de Beisbol Profesional le ha brindando a Miguel el chance de volver a un diamante. El nativo del estado Aragua manifestó que después de haber lanzado a nivel universitario en los Estados Unidos hasta los 21 años, no había jugado. Desde entonces se había dedicado a ser coach en distintas academias, lo cual le sirvió mucho al momento de que le presentaron esta oferta.
“En esa faceta aprendí sobre lo que es la disciplina, la conducta dentro y fuera del terreno, ver el juego y la vida desde otra perspectiva. Además de eso, mis dos hijos me han dado las ganas de volver a esto, de hacer lo que más me gusta que es jugar pelota”.
Coronel fue tomado en el draft que se realizó previo a la zafra y durante la pretemporada se encargó de demostrarle a los directivos y cuerpo técnico de lo que estaba hecho, a pesar de no estar en ritmo de juego siquiera, pero tenía un arma secreta.
“No tuve la preparación adecuada, debido a que solo hacía bullpen en vivo en las academias que trabajaba. Con el tiempo me di cuenta que eso me podía ayudar a no solo depender de mi recta. A mí me pagaban para que le lanzara a los bateadores, para que ellos trabajaran en sus debilidades En esas sesiones hacía los ajustes de mis envíos quebrados, a dominar los lanzamientos. Antes trabajaba a toda máquina, ahora cuido mi brazo, busco darle efecto a la bola y es algo de lo que he podido sacar provecho durante la temporada”, atizó.
Fuera del terreno como jugador activo, pero siempre presente. Miguel se mantuvo trabajando en las academias de Avisail García, la Moscoso-Zambrano y la de Bucaneros.
Maracay es cuna de peloteros por excelencia. No siempre fue lanzador, debido a que según sus propias palabras “era el más malo del equipo", fue después de probar varias posiciones que llegó a su lugar. La suerte no estuvo de su lado, ya que luego de formarse y representar a su estado en distintas categorías, el año de su firma se lesionó el codo y duró dos años para recuperarse.
“Muchas personas me decían que tenía futuro. En ese momento estaba lanzado 92-93 MPH. Luego de recuperarme estuve buscando firmas y ningún equipo me quiso por ser pequeño. Decidí dejarlo así hasta que a los 19 años me salió una oportunidad de hacer tryouts universitarios y quedé y al mes ya estaba en Estados Unidos”, señaló.
El carácter y la paciencia son dos de las virtudes que caracterizan a Miguel Coronel. Ambas las utiliza al momento de subirse al morrito.
“Soy un tipo que me gusta competir y dar lo mejor de mí, se gane o se pierda. Siempre voy a estar ahí con la mejor conducta, la mayor agresividad, es parte de lo que me hace sentir bien. Al momento de entrar al terreno estas peleando por tu comida, en este caso la de mis hijos. Esa es mi forma de competir, mis ganas de salir adelante, las que me llevan a ser quien soy en el montículo”, atizó.
El “Coronel” se convirtió en uno de los llamados “caballitos de batalla” del bullpen. Ha visto acción en 21 choques (17.2 innings y siete ponches) con un WHIP de 1.53. Su efectividad (3.57) subió en su última presentación. Antes de eso estaba un poco por encima de 2.00. Acostumbrado a trabajar en la parte media de los duelos, ha sorprendido a propios y extraños.
“Lo que Dios te da nadie te lo quita". Ese don, ese talento que Él me dio es lo que demuestro. Siempre hice un buen trabajo, pero no tuve suerte ni se me habían presentado otras oportunidades. La vida me ha enseñado mucho.
Las decisiones del pasado me han hecho aprender muchísimo. Estar fuera de pelota me ayudo a ver muchas cosas que ahora mismo las veo más claras. La óptica siendo coach es distinta y ahora que volví las ejecuto.
Antes vivía de mi talento, no trabajaba, era un ‘fresco’, ahora me doy cuenta que dependo de mi cuerpo y por eso trabajo casi que todo el día, porque como te prepares, juegas”, comentó.
Coronel ha tenido muy buena comunicación con los distintos receptores y eso se ha visto reflejado. Se ha dejado llevar por ellos, pero cuando le ha tocado tomar la decisión de un pitcheo, lo ha hecho y los catchers no han tenido inconvenientes. Como la anécdota que contó Luis Villegas una vez, que la mirada del lanzador (retadora), le daba cancha abierta para ejecutar.
Su debut fue en Opening Day, en la Ciudad Universitaria, recinto en el que de alguna u otra forma siempre soñó en lanzar. “Siempre veía los juegos por televisión. Para mí fue algo impresionante, poder resolver esa parte del juego, fue una tremenda experiencia”, dijo Coronel quien recuerda la situación de su relevo de manera exacta.
Esos recuerdos siempre vivirán para siempre en su memoria, pero también en la de los suyos, quienes lo han acompañado durante toda la travesía para llegar finalmente hasta donde está.
“Le debo mucho a mi esposa y a mi familia. Me han mantenido por el camino correcto. Son las personas que me han dado fuerzas. Ahí es donde te das cuenta quien es quiere estar contigo. Mis hijos son mi motivación más grande, quienes me dan fuerzas cada vez que oigo sus gritos de aliento. Son mi fuerza y por ellos no puedo fallar cuando entro a lanzar. Vivo el día a día, peleo por ellos. Ver hacia la tribuna y que estén ellos, mi esposa, mi mamá, para mí es inspiración, es una fuerza interna más allá de la física”, comentó evidentemente emocionado.
El oriundo de San Francisco de Asís ha sido uno de los brazos más utilizados de Centauros de La Guaira, sin embargo, allí no termina su faena. Si lanza o no, igual está alentando a sus compañeros en cada envío, en cada turno, ya sea desde el bullpen o desde el dugout. Las pequeñas cosas que hacen la diferencia. A pesar de ser una persona reservada, Miguel ha tenido palabras para sus compañeros de arenga cuando los momentos son difíciles, así como otros la han tenido con él cuando no le salen las cosas del todo bien.
“Esto nos pasa a todos, pero lo importante es tener a tus compañeros al lado para que te suban el animo o te den una palmada. Luego de trabajar impecable tuve una recaída e Ismael Guillón se acercó a mi para hablar y esas son las cosas que se valoran y ayudan al equipo”.
El trabajo más temprano que tarde da frutos y cuando llegan las oportunidades hay que saber aprovecharlas. Como dijo el mismo lanzador, “hay que salir a matarse por su comida”. Esa frase que utiliza como motivación le ha servido para tener un buen desempeño, mismo que ha resultado en una invitación con un equipo de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
“El beisbol me ha dado muchas sorpresas. Al beisbol le debo todo prácticamente”, así finalizó Miguel Coronel la entrevista, así finalizamos la nota.